Átomo esencial

“Yo, Manolo, me casé con Pili y puedo decir que la elegí yo, con mi atractivo irresistible, mi colonia Varon Dandy y el gusto que nos ha caracterizado a los Martínez durante siglos, cultivado por una saga digna de recordar. La vi como bailaba en el guateque del domingo y caí rendido ante su forma de bailar… ¡Madre cómo estaba Pilar! ”

Ya han pasado treinta años de casado y treinta años de búsqueda en disfrazada soledad. Ahora me doy cuenta que no fue cosa del azar que yo acabara durmiendo cada noche con María Pilar. Ahora sé que este escenario fue el perfecto para conectar con mi vacío existencial. Sin entrar en un primer momento en transcendencia espiritual, analizo un poco el subconsciente familiar y descubro que mi encuentro fortuito con “la Pili” no fue casual, ni su movimiento de caderas tan sensual. Había unos hilos que movían la pelvis para que yo cayera atrapado, y con el tiempo, indagará en mi perdida voluntad. Para que yo estuviera allí en el sagrado festival, hubo concretos movimientos en mis antepasados para desatar el “suceso casual”. Podría detallar los eslabones que desencadenaron el instante del deslumbramiento y dejar de creer en la mágica casualidad.

Moviéndome en la línea del tiempo, y remando en el río del inconsciente colectivo, descubro que todo viene de millones de años atrás, y puedo enlazar al hombre del Cromañón con el “swing” de las caderas de Pilar. Incluso remontar más atrás, antes de que el humano fuera humano y saliera del mar para reptar. Todo viene desde un punto más allá, o ahora puedo decir, que más acá. ¡Y yo pensando que era libre por elegir con quién bailar!

Dicen que vengo del Big Bang, y lo que son ahora mis átomos, un día estuvieron fundidos en El Átomo Esencial, con los átomos de las células de las ancas de Pilar, con los del reptil que fue Bin Laden y los de las uñas de San Juan. ¿Y si pudiera experimentar que antes del Big Bang ya existía una conexión mental que me unía a los demás? ¿Y si la auténtica felicidad se tratara de experimentar eso ahora?

Esto último lo dejaré para todos aquellos que estén cansados de creer en una falsa libertad y estén dispuestos a sentir que todo es un engaño para dar realidad al juego de soledad. Una yincana de “libre voluntad” y de falsa sabiduría mental. Para respaldar mi deseo de atacar y defenderme, por creer ver cuerpos separados compuestos por los mismos átomos que un día, cuando explote el mundo, volverán a ser el mismo Átomo Esencial. Entonces, ¿es solamente el tiempo lo que me hace creer que estoy separado de los demás? ¿Es el tiempo un inocente juego “experiencial”? Si es cuestión de tiempo, y nuestro querido Einstein demostró su relatividad, ¿para qué seguir jugando? ¿Para qué luchar y protegerme de los demás si soy yo “a mí mismo” a quien le estoy haciendo todo? ¿No será más efectivo bucear en el miedo y la culpa para resolver la creencia del falso error original? ¡Qué droga tan fuerte “la individualidad” que aparenta mover el mundo y no hace más que hipnotizar!

Científicamente la separación nunca fue real. Aquí que cada uno ate sus cabos y viva en el sueño que elija soñar. Después de todo, los sueños, sueños son, y da igual lo que quieras soñar porque “La verdad” nunca cambiará. Sin embargo, ahora puedes preguntarte si realmente buscas la felicidad, y si es así, desmonta las creencias que te separan de los demás y ponte a soltar. Encontrar un sentido al mundo, es el único camino a la verdadera felicidad. Dejarte llevar por la vida que es la única que sabe que nunca existió el eje lineal. Fue la mente inocente y limitada del hombre la que necesitó soñar para dar sentido a una falsa realidad. ¡Qué no tengas que estar treinta años en soledad para darte cuenta que en ti está La Verdad!

Hoy me río de la declaración individual: “ Yo elegí a la Pili”. Me dejo fluir con la vida y me sumerjo en mi quietud mental. Hoy está en mi el poder de continuar soñando en busca de lo principal en cosas que jamás lo podré encontrar, o cortar con este rollo y descansar… Nunca estuve separado de ti que estás leyendo esto, nunca fui lo que creí ser. Sigue estando en Mi corazón el Átomo Esencial. ¿Para qué tardar más? Abre la puerta a la unidad y ponte a caminar. ¿Dónde terminas tú? ¿Dónde empiezo yo?